Le llaman el cura de Ars de Marsella. Le asignaron una parroquia que
iban a demolir, a la que iban apenas unas pocas personas. Se puso a
trabajar y ahora se ha revitalizado la fe de la parroquia. Antes de la
apertura del templo a las 8 de la mañana ya hay gente esperando en la
puerta para poder acudir al sacramento de la confesión o para pedir
consejo a este sacerdote francés.
Más de 700 personas acuden todos los domingos. Casi 200 adultos se han
bautizado desde que llegó.
¡Todo un ejemplo!
20 de noviembre de 2012
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